Cómo guardar el chocolate recalentado

Enfríe el chocolate sobrecalentado lo antes posible. Cuanto menos tiempo esté expuesto el chocolate a altas temperaturas, más posibilidades tendrá de salvarlo. Retire el cazo del fuego y pase el chocolate a un bol aparte. Asegúrese de que el bol esté perfectamente seco para evitar que se agarrote (esto es lo que ocurre cuando las partículas de la manteca de cacao entran en contacto con el agua, convirtiendo el chocolate en una masa sólida). A continuación, incorpore algunos trozos de chocolate sólido y remuévalos bien hasta que se derritan. Esto bajará inmediatamente la temperatura del chocolate sobrecalentado.

Si el chocolate sigue granuloso y con grumos, páselo por un colador para que quede una textura suave y cremosa. ¿No funciona? Añada aceite vegetal, a razón de una cucharada sopera por cada 250 gramos de chocolate, y remueva hasta que se integre bien en la mezcla. O pruebe a utilizar una batidora de mano para emulsionar completamente el chocolate.

Si ninguno de estos consejos puede salvar tu chocolate, ¡no lo tires! Siempre puedes utilizarlo en recetas de repostería. Eso sí, la próxima vez, asegúrate de apagar el fuego antes de añadir el chocolate. Así evitarás que se queme.