Sushi y sashimi:
Para evitar riesgos al consumir pescado crudo, es recomendable conservarlo al menos 48 horas en el frigorífico. Cocinar con jamón y salazón: Cuando se cocinen recetas con jamón, grasa, embutidos, etc. Es recomendable añadir sal al final ya que estos ingredientes ya la contienen.
Bivalvos:
Los bivalvos frescos pueden tener sedimentos o restos de arena por lo que es conveniente dejarlos en agua fría con sal, durante unos 20 minutos, para que se limpien. Las almejas frescas se guardan en el frigorífico formando una malla y tapadas con un paño de cocina húmedo. Nunca utilices bivalvos que no se hayan abierto tras el proceso de ebullición, ya que pueden estar muertos o en mal estado.
Arroz:
A la hora de cocinar arroz debemos tener en cuenta que el líquido necesario debe ser el doble del volumen del arroz. Si cocinamos arroz seco no es recomendable utilizar cebolla ya que será más fácil que el arroz se cocine demasiado.
Pulsos:
Las legumbres de colores, como las judías pintas, es mejor cocerlas en la misma agua en la que ya se han puesto en remojo para que no pierdan color, por lo que conviene lavarlas bien con agua del grifo antes de ponerlas en remojo. El tiempo de cocción dependerá de la cantidad y frescura de las legumbres. Si el agua del grifo de casa es demasiado dura (alto contenido en cal) puede influir a la hora de cocinar las legumbres, por lo que es recomendable utilizar agua mineral. Se dejan en remojo en agua fría las judías, las judías verdes y las lentejas. Comience a hervir con agua fría, le aconsejo que agregue sal al agua hirviendo al final. Si se necesita más agua, debe estar fría. Los garbanzos se dejan en remojo en agua tibia con sal y se cuecen a partir de agua hirviendo. Si requerimos más agua, esta debe estar caliente.
Bacalao cristalizado:
Una forma fácil de cristalizar el bacalao es introduciéndolo en un recipiente apto para horno, cubierto con aceite y hornear a 180ºC durante 15 min.