Higiene personal
Empecemos con algo fácil. Antes de preparar alimentos, lávese las manos, muñecas y antebrazos con jabón y agua caliente durante al menos 20 segundos, debe asegurarse de cubrirse las manos (incluso entre los nudillos, los dedos y las uñas). Enjuague y seque bien.
Lo ideal es que el lavado de manos se repita tantas veces como sea necesario durante todo el proceso de cocción, por ejemplo al manipular alimentos crudos o al tocar envases y embalajes de alimentos.
Esta medida de higiene personal puede ampliarse siguiendo otros consejos:
- Quítese las joyas y otros accesorios, como pulseras, anillos y relojes.
- Recógete el pelo o cúbrelo con un sombrero o un pañuelo.
- Llevar ropa específica para cocinar.
- Utiliza un delantal limpio.
Limpieza de superficies, utensilios y menaje
Debemos empezar a cocinar preparando la zona de trabajo. Para ello, primero limpia la mesa o encimera y las tablas de cortar con un producto desinfectante para uso en superficies en contacto con alimentos o, al menos, con agua caliente y jabón. Luego, séquelo bien. También es importante lavar previamente todos los utensilios y menaje que vayamos a utilizar. Aunque es lógico pensar que una vez terminada la receta este tipo de utensilios se mantienen siempre limpios, en ocasiones el tiempo entre recetas puede prolongarse y es fácil que se deposite suciedad que, en muchos casos, apenas vemos con una ojo desnudo; este puede ser el caso de microorganismos y gérmenes: bacterias, virus, mohos o protozoos.
Para evitar la contaminación cruzada entre alimentos, es fundamental tener al menos dos tablas de cortar separadas, una para alimentos crudos y otra para alimentos cocidos, y lavarlas tantas veces como sea necesario.
Otras recomendaciones que deben tenerse en cuenta en la medida de lo posible son las siguientes:
- Utilice tablas de cortar de fibra, resina o polietileno.
- Intente adquirir utensilios de cocina de acero inoxidable.
- Sustituye los utensilios de madera por otros de silicona alimentaria.
- Establezca un sistema de colores para diferenciar cada tabla de corte con un alimento específico. A modo de ejemplo, y sin necesidad de tal despliegue de tablas, se establece profesionalmente el siguiente código:
Blanco: pan, bollería, pasta, queso o lácteos
Verde: frutas y verduras
Azul: pescados y mariscos
Amarillo: carnes blancas como aves, conejo o cerdo
Rojo: carnes rojas como ternera o cordero
Marrón: carnes cocidas
- No guarde las tablas de cortar en lugares húmedos o mal ventilados ni las apile unas sobre otras.
- Utilice siempre paños limpios y lávelos inmediatamente después de usarlos.
Manipulación de alimentos
La correcta manipulación de los alimentos comienza desde el momento en que los compramos en el mercado. En otros artículos ya hemos hablado de cómo elegir o comprar alimentos y distinguir aquellos que están en óptimas condiciones para su consumo (aunque, por supuesto, seguimos admitiendo consultas y sugerencias).
Por ello, una vez realizada la compra, si tenemos alimentos perecederos, refrigerados o congelados, intentaremos minimizar el tiempo de transporte entre el mercado y el frigorífico o congelador de nuestro hogar.
Es muy importante no romper la cadena de frío. Para alimentos frescos, pescado, carne, verduras, etc. quitaremos los envoltorios o bolsas y los guardaremos en recipientes adecuados. Si están envasados en atmósfera protectora, este paso no será necesario.
Dispondremos los alimentos en las baldas o secciones del frigorífico indicadas, siguiendo las recomendaciones del fabricante. Observe la fecha de caducidad de los alimentos envasados y clasifíquelos por fecha de consumo preferente. Mantenga los más cercanos a la fecha de vencimiento al frente.
Lave bien las frutas y verduras antes de usarlas, independientemente de si se van a comer crudas o cocidas.
Nunca está de más seguir estos otros consejos:
- Compruebe regularmente la temperatura de su frigorífico y congelador.
- Etiquetar los recipientes indicando su contenido y la fecha de preparación o conservación.
- Para descongelar correctamente los alimentos, hay que trasladarlos del congelador al frigorífico y mantenerlos refrigerados hasta que se descongelen por completo.
- Cuando manipule alimentos, evite hablar, comer o beber por encima de ellos.
- Nunca almacene ni deje alimentos cocinados en contacto directo con alimentos crudos.
- Asegúrese de utilizar recipientes de almacenamiento completamente limpios y adecuados para este fin.
Estas son algunas de las recomendaciones básicas relativas a la higiene durante la actividad culinaria y a la correcta manipulación de los alimentos. Esperamos contar con tu participación. Envíanos tus consultas, comentarios, consejos o dudas al respecto, para que podamos reducir juntos el riesgo al máximo y volver a la normalidad lo antes posible.
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