Cada una de las piezas de la línea FERRO es un utensilio básico y atemporal en cualquier cocina. En su composición, son piezas compactas y versátiles que proporcionan excelentes resultados de cocción.
Estas piezas son aptas para todo tipo de fuentes de calor, así como para su uso en el horno, el frigorífico y el congelador.
El componente de las piezas FERRO es hierro fundido o hierro colado, un material que, al contener un mayor porcentaje de carbono, ofrece una gran resistencia, durabilidad y retención, además de una distribución uniforme del calor. Su robustez y conservación del calor han sido la razón de su uso en la cocina tradicional, base de la que surgen otros tipos de cocina.
La forma de cocinar con utensilios de hierro fundido puede adaptarse a diferentes estilos de cocina, diferentes preparaciones y diferentes métodos de cocción. La retención del calor y la uniformidad de su distribución sin puntos de sobrecalentamiento le permitirán, con igual eficacia, cocinar salteados y dorados a fuego fuerte que guisos a fuego lento.
Con cada uno de nuestros modelos FERRO, conseguirá los mejores resultados cocinando a temperatura media y bajando el fuego una vez alcanzada la temperatura correcta de la superficie de la pieza y de los ingredientes utilizados en la elaboración de su receta.
La composición de los utensilios de hierro fundido permite cocinar a fuego mínimo, consiguiendo un mayor ahorro energético a la vez que se conservan los valores nutricionales, aromas y jugosidad de todos los ingredientes.
Los productos de la línea FERRO también permiten conservar alimentos fríos en el frigorífico, manteniéndolos así si desea servirlos fríos en la mesa, o incluso en el congelador si necesita conservar alimentos preparados con antelación.
El recubrimiento esmaltado de cada pieza es resistente, duradero e higiénico.
La superficie interior y exterior no absorbe la humedad, los sabores ni los olores de los alimentos.
Limpieza y mantenimiento
Para mantener su pieza FERRO en perfectas condiciones de uso y conservación, siga los siguientes consejos:
Tras su uso, deje que la pieza se enfríe antes de limpiarla.
Si es posible, enjuague bien el recipiente y la tapa con agua caliente y séquelos con un paño. Si necesita una limpieza más profunda, utilice agua caliente y detergente para vajilla, después aclare y seque los restos de agua y humedad.
Es posible que queden restos de comida difíciles de eliminar. En este caso, cuando la pieza no se haya enfriado del todo, llénela de agua templada y déjela de 15 a 20 minutos. A continuación, utilice un cepillo lavavajillas o una esponja adecuada, aclare bien y seque. No utilice estropajos ni detergentes abrasivos (ni siquiera diluidos en agua).
Los utensilios de la línea FERRO son aptos para su limpieza en el lavavajillas, aunque este tipo de lavado reducirá la formación de la mencionada pátina. Seque la pieza con un paño suave después de lavarla en el lavavajillas.